No hay nada más elegante que un suelo de parqué. No pasa de moda y además, combina fácilmente con una amplia gama de colores en cualquier interiorismo. Es, de hecho, una elección que aporta calidez a la estancia, aunque habitualmente la máxima preocupación son sus cuidados: la pérdida de brillo y color por el paso del tiempo y desgaste superficial o debido a una repetida exposición al sol, el aumento de volumen de la propia madera en caso de haberse mojado repetidamente. Naturalmente, queremos que esté como el primer día y que permanezca en óptimas condiciones un periodo de tiempo prolongado.